sábado, 1 de enero de 2011

Quien dijo que no escribiriamos nuestras vidas

Solo recuerdo la sonrisa de aquella tarde, me decía que jamas seria olvidada por alguien como yo. Las manecillas del reloj no se movían en ese momento en el que tu sonrisa llegaba a mi cerebro, pero en mi caso el tiempo no se detuvo, sino que solo pensaba en estar junto esa sonrisa toda su vida, enjaulada en una casa apartada del mundo en aquel paraíso del que tanto te hable, tanto prometí y veras que quizás no todo sean sueños sino realidades. Tu eres la que hace que mi mente se evada de este mundo y consigues que me sienta en una nube con rumbo al paraíso del que te escribo y hago imaginar, en aquel mundo solo tu y yo sin la presencia del tiempo madamas de la muerte, solo con tus labios me basto para morir sonriendo al tiempo y sobre todo con un te amo sobre mis labios al fundirse como polvo oxidado en tus ojos , siempre estarás para hacerme sonreír día a día, porque ambos sabemos que esto no es locura sino algo por lo que muchas mas personas hemos pasado, esta vez mi vida la escribirá Aida Marin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario