Recuerdo cuando entraste a mi vida, tenía solo 3 añitos y tu unos pocos meses. Recuerdo el olor a la leche en polvo que te dábamos, a la caseta que te hizo papá de cartón. Cuando creciste tu juguete favorito eran esas pesas amarillas que te ponía en el hocico y hasta que no te decíamos "ya" no lo cogías, recuerdo jugar al escondite, ponerte una botella de plástico en la parte
alta de una reja y que saltaras para cogerla, recuerdo tirar un monopatín cuesta abajo y tu subirte encima. Toda mi vida esta llena de recuerdos junto a ti, 17 años juntos han sido pocos para mi pero demasiados para ti. Eras un cabezón, gruñón y demás cualidades que verificaban que los perros se parecen a los dueños, también yo te daba mucho por saco. Cuando empezaste a perder oído y vista ya estaba muy mayorcito y baboso, más cariñoso y menos juguetón. Tenías una obsesión por la comida que no era normal. Lo mejor era decirte cualquier cosa y que movieras tu rabito tan rápido que se te movía el cuerpo entero. Has sido un confidente y compañero excelente y siempre te tendré conmigo, ahora la plaquita con tu nombre la llevo yo para tenerte siempre cerca. Ayer solo ibas a una revisión como de costumbre porque tenías las patitas mal desde hace mucho y yo estaba hecha a la idea de que cuando volviera de clase tu ya no estarías. Así fue, abrí la puerta y vi que tu correa no estaba colgada, pensé que estaban sacándote a dar una vuelta. Entre al comedor y tu trapo tampoco estaba, ahí me derrumbe, fui a la cocina y vi a mamá que con solo un gesto ya sabía todo. Lo peor ha sido esta mañana, levantarme y saber que no estabas ahí, sentarme a ver la tele mientras
desayunaba y pensar : "voy a ver si está durmiendo y tranquilo", pero en seguida me ponía a llorar sabiendo que no era posible verte. No ver tu bebedero ni tu comedero en su sitio, el trapo donde dormías (aun paso por al lado pensando en no pisarlo como de costumbre) y tu correa sin colgar. Pensar que cuando sean las 12 ya no voy a poder sacarte a dar una vuelta, no voy a ponerte de comer. Sigo cerrando la puerta del pasillo, para que no pudieras pasar a las habitaciones y quedarte encerrado, porque como dijo mamá ayer "Sigue cerrando la puerta porque no estoy preparada para verla abierta."
Gracias por estos casi 17 años conmigo, gracias.
Te quiero Blacky.